El proceso de transformación del alabastro, que va desde su extracción en la cantera hasta su utilización en obra, requiere un riguroso sistema de trazabilidad y control de calidad en todas sus etapas.
Mientras que la trazabilidad permite seguir el recorrido del material, asegurando su origen y autenticidad, el control de calidad verifica que cumple con los estándares necesarios para su uso final. De esta forma, se garantiza la durabilidad, fiabilidad y calidad del alabastro utilizado en proyectos arquitectónicos.
Desde Arastone, expertos en la extracción y suministro de alabastro para proyectos, queremos contarte en qué consisten la trazabilidad y el control de calidad aplicados al tratamiento de una piedra natural como es el alabastro. ¡Sigue leyendo para no perderte nada!
¿Por qué la trazabilidad del alabastro importa en un proyecto?
En primer lugar, la trazabilidad se define como la capacidad de identificar y seguir el recorrido de un material desde su origen hasta su destino final. En el caso del alabastro, esta práctica resulta esencial para garantizar la calidad y autenticidad de cada uno de los bloques o placas utilizados en un proyecto.
Así, la trazabilidad permite conocer el origen exacto del alabastro, desde la cantera donde se extrajo, pasando por las diferentes etapas de transformación, hasta su aplicación final en la obra.
De esta forma, se asegura que el material cumple con los estándares técnicos y estéticos requeridos, además de facilitar la detección de posibles defectos. Además, la trazabilidad aporta transparencia y confianza entre proveedores, fabricantes y clientes, y ayuda a cumplir con las normativas medioambientales, promoviendo un uso responsable y sostenible del alabastro en proyectos arquitectónicos.
Selección y clasificación de los bolos en la cantera
Tras el proceso de extracción del alabastro, llega el momento de seleccionar y clasificar los bolos en la cantera.
Así, durante la selección y clasificación del alabastro se evalúan aspectos como el tamaño, la homogeneidad, el color y el limpiado de impurezas que pueden recubrir la piedra. Estos criterios permiten separar las piedras según su idoneidad para diferentes usos, además de facilitar la planificación del proceso productivo.
Llevar a cabo una selección cuidadosa en las canteras de alabastro minimiza el riesgo de roturas o defectos posteriores y contribuye a optimizar el aprovechamiento del material. Además, esta clasificación inicial resulta fundamental para mantener la trazabilidad, ya que cada bloque se identifica y registra, haciendo posible un seguimiento preciso durante toda la cadena de producción.
¿Cómo se eligen los bloques según el tipo de proyecto?
Realizar una cuidadosa inspección de las piedras de alabastro para clasificarlas según el tipo de proyecto es importante para asegurar que el material cumple con las necesidades tanto técnicas como estéticas. Y es que no todos las piedras son adecuadas para cualquier uso, ya que varían en color, textura, dureza y presencia de vetas o imperfecciones.
Por ejemplo, para proyectos de escultura o elementos decorativos, se seleccionan bloques que faciliten el trabajo detallado. En cambio, para revestimientos o paneles de alabastro, que permitan cortes precisos y continuos.
De esta forma, se garantiza que cada bloque aporte valor al proyecto, minimizando los desperdicios y asegurando un acabado óptimo.

Transformación del alabastro: del bloque a placas y paneles a medida
A continuación, comienza la fase de corte y transformación del alabastro, en la que los bloques se cortan en placas o paneles de tamaño y grosor adaptado a las necesidades de cada proyecto.
Este proceso requiere de maquinaria especializada que permite realizar cortes precisos sin dañar la estructura del material, algo que resulta fundamental para mantener su integridad y estética. Además, durante la transformación se puede realizar un primer pulido o tratamiento superficial para mejorar la apariencia y facilitar su manipulación posterior.
Control de calidad
Por último, cabe señalar que el control de calidad del alabastro es una parte fundamental del proceso de transformación, que asegura que el material cumple con la normativa técnica y tiene una apariencia óptima.
Por eso, esta supervisión se realiza durante todas las etapas, desde la selección inicial en la cantera hasta la inspección final de las piezas terminadas. Entre los controles más habituales, se encuentran los siguientes:
- Controles dimensionales: garantizan que las piezas cumplan con las medidas previstas, asegurando su ajuste perfecto en obra.
- Inspección visual: con el fin de detectar posibles impurezas, fisuras, variaciones de color o imperfecciones que puedan afectar a la apariencia o la integridad del material.
Así, llevar a cabo un control de calidad riguroso durante todo el proceso asegura que el alabastro ofrezca la calidad, belleza y durabilidad esperadas en cada proyecto. Un control de calidad como el que realizamos en Arastone. Porque primamos la calidad del alabastro desde la cantera hasta la obra.